martes, 29 de marzo de 2016

Semana Santa, el calvario de la silla de ruedas.

Hace un par de días que dejamos atrás  las fiestas de Semana Santa,  en las que muchas  personas pudimos disfrutar de  todos los eventos,  aunque lo cierto es que no todas  tuvieron la oportunidad de participar en ellas.


Estos días, en  la prensa apareció una noticia inquietante y preocupante  al respecto y, es que, en algunos lugares como es el caso de Sevilla son muchas las medidas que se toman para que las fiestas no se vean ''afectadas'' y  la mejor manera  que se les ocurrió fue cementar las rampas de acceso a las zonas más céntricas de la ciudad con el único objetivo de lucrarse ya que son zonas reservadas (previo pago) de asientos para que los asistentes puedan ver con total claridad los pasos de Semana Santa.


Dicha medida es injusta, discriminatoria y muy alarmante; estamos de acuerdo en que son fechas de mucho movimiento turístico y que se deben tomar medidas de cautela y organización pero, ¿en serio es ésta una de ellas? Que una persona con movilidad reducida se vea obligada a tener que ir por la calzada compartiéndola con los vehículos que circulan por ella, además si tenemos presente que tan sólo hay cortes del tráfico en los momentos de pasos de las procesiones; es decir, si una persona en cualquier otro momento necesita o simplemente desea desplazarse al centro ha de hacerlo a la fuerza por la calzada poniendo en peligro su propia vida.

Son muchos los que se han manifestado en contra de dichas medidas y en respuesta han asegurado que están estudiando medidas a tomar de cara al próximo año como por ejemplo, piezas movibles de modo que se facilite el tránsito a las personas de movilidad reducida.

Por lo pronto, deberemos esperar al año próximo para saber si se llevará a cabo o no dicha medida. 
Esperemos que si, porque todas las personas tenemos los mismos derechos de poder disfrutar de dichas fiestas en las mismas condiciones. 

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